domingo, 19 de noviembre de 2017

ÚLTIMOS 200 AÑOS EN GRAN BRETAÑA

Economía de Reino Unido



MARCO HISTÓRICO-POLÍTICO- ECONÓMICO DE LOS ULTÍMOS 200 AÑOS EN REINO UNIDO


En esta entrada explicaré un resumen del marco histórico-económico- político en Reino Unido los últimos 200 años.


En Reino Unido tuvo lugar la primera revolución industrial a finales del siglo XVIII, lo que supuso una profunda transformación en la economía y sociedad británicas. Además , favoreció a la especialización por lo tanto creo nuevas clases sociales. Gran Bretaña al ser la cuna de la revolución se convirtió en el primer productor de bienes industriales del mundo por lo tanto fue la primera potencia mundial por la prosperidad de su economía y la extensión e importancia de su imperio colonial. Esta etapa coincide con la Era Victoriana (llamada así por la reina victoria).


Durante el período victoriano (1837-1901) el producto nacional bruto experimento un gran crecimiento económico principalmente a causa de la industria que era eminentemente textil y que junto a la industria de la confección da casi el 40% de la mano de obra industrial. El problema era la explotación de mujeres y niños (muchas horas y bajos sueldos) y también en el caso de los hombres, la poca preocupación de los propietarios sobre la seguridad y salubridad de los trabajadores, aunque poco después se llevó a cabo una reforma para regular estos casos por medio de sindicatos, sobre todo en la minería. La exportación británica tuvo un papel fundamental durante este siglo, sobre todo entre los años 18401860. Esta exportación se vio muy favorecida por la revolución del transporte, con el tren y el barco de vapor, dando una expansión de mercados y la creación de nuevos. Es relevante comentar que en 1850, Gran Bretaña tenía poco más de 200 mil trabajadores en las tres mil minas que existían, 20 años más tarde esta cifra aumentó a medio millón.


A finales de siglo se agudizan los problemas con Irlanda (en 1921 Reino Unido accede a la independencia de Irlanda) y las colonias al mismo tiempo que se radicaliza el movimiento obrero y sindical.


A principios del siglo XX muere la reina Victoria, le sucede su hijo Eduardo VII. Es una época complicada ya que la rivalidad entre las potencias industriales europeas por la expansión económica y política condujo al estallido de la primera guerra mundial (1914-1918), donde Reino Unido invirtió 40.000 millones de dólares en gastos militares y sufrió 1.200.000 bajas y una enorme deuda externa. La Alemania nazi liderada por Hitler planeó la invasión del país pero fue un fracaso.


A mediados de la década de los 30, como consecuencia de la recesión mundial, Gran Bretaña sufre los efectos de una inflación, moderada pero continua, que eleva los precios anualmente.


Poco después, en septiembre de 1939, se inicia la segunda guerra mundial cuando Inglaterra declara la guerra a Alemania. En esta se enfrentaron Gran Bretaña y Francia por un lado y, por el otro Alemania e Italia. En 1945 Alemania firma su rendición.


En 1949, Reino Unido fue miembro fundador de la OTAN y en 1967, tras el fracaso de la solicitud de ingreso al mercado común europeo, surgen problemas económicos y el crecimiento alarmante de la desocupación obliga a los británicos a “ajustarse el cinturón”, por lo tanto anuló la compra de armas a los Estados Unidos y adoptó un presupuesto de austeridad.


Thatcher, primera ministra desde 1979 hasta 1990 llevó a cabo una seria de reformas que cambiaron la economía británica, incluso la europea. Algunas fueron la reducción del poder de los sindicatos, el plan de privatizaciones deshaciendo el proceso que tras la Segunda Guerra Mundial llevó a la creación de varios monopolios públicos en el país, las viviendas sociales (5 millones de casas de protección oficial), la liberación de la ciudad londinense (por la bolsa y los mercados de bonos) y el cambio en su relación con Europa.


Después de cinco años de crisis, la economía británica ha repuntado con fuerza desde 2013, con un crecimiento económico más dinámico que el de otras grandes economías. El 23 de junio de 2016, en un referéndum, el Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea ("Brexit"). A pesar, en 2016 el crecimiento económico del país se elevó a cerca de 2% del PIB, estimulado por el consumo privado y el vigor del sector de servicios. Ciertas organizaciones internacionales prevén que el Brexit lentificará el crecimiento del Reino Unido en los próximos años, mientras que otros analistas contestan estas conclusiones.


La determinación de EDF de invertir en la central nuclear de Hinckley Point, y la decisión de Facebook y Google de construir sus nuevas oficinas centrales en Londres, constituyen señales de confianza. Sin embargo, la libra esterlina se ha devaluado en cerca de 20% desde el Brexit. Esto corre el riesgo de degradar el poder adquisitivo de los hogares, encarecer el costo de las importaciones y aumentar la inflación, que podría llegar a 2 ó 3% en 2017. Como consecuencia de la salida de la UE, el gobierno anunció en noviembre que tomará un préstamo no previsto de 122 mil millones GBP. Así, el gobierno ya no indica un plazo preciso para volver al equilibrio presupuestario. El Estado anunció un plan de inversión en infraestructuras para 2017, buscando principalmente reforzar la productividad de su economía. Actualmente, la productividad es relativamente débil y las infraestructuras insuficientes. Además, la elevada deuda de los hogares (125% del PIB) implica un riesgo de burbuja inmobiliaria.


Los resultados macroeconómicos relativamente buenos esconden fragilidades y profundas desigualdades. En efecto, el repunte está basado en el consumo y no la inversión o las exportaciones. Es financiado por bajos sueldos y el aumento del trabajo precario. La tasa de desempleo bajó en 2016 a pesar del Brexit (4,5%). Sin embargo, uno de cada cinco jóvenes menores de 24 años está desempleado. El desempleo ha sido contenido en parte por el congelamiento de los salarios y la expansión del trabajos de medio tiempo.


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